DOLOR LUMBAR CRONICO

DOLOR LUMBAR CRONICO

Elaborado por:

RENÉ RODRÍGUEZ MD, MSC, FIIP

Anestesiólogo  especialista en  Dolor y Cuidados Paliativos.

Docente Universidad Libre Seccional Cali

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INTRODUCCION

El dolor lumbar (DL) es  la causa de consulta mas frecuente  en nuestro medio después de las cefaleas,  por lo que se constituye en un reto para los médicos  orientar adecuadamente el manejo de  los pacientes. Cuando se atiende  en la consulta un paciente con DL se debe aclarar la etiología para definir el manejo definitivo. Elaborar una historia clínica completa y un adecuado examen físico brinda las herramientas necesarias  para acercar al médico a  un adecuado  diagnostico, relegando a casos específicos la utilización de  ayudas diagnosticas para aclararlo o confirmarlo.

DEFINICION

El DL es un  síndrome caracterizado por dolor en la región lumbosacra, acompañado o no de dolor referido o irradiado, asociado habitualmente a limitación dolorosa de la movilidad y que generalmente presenta características mecánicas: es influenciado por las posturas y movimientos, tiende a mejorar con el reposo y a empeorar con el esfuerzo.

La zona lumbar comprende la columna vertebral con sus discos cartilaginosos, ligamentos de soporte, músculos, articulaciones, duramadre, raíces  nerviosas, ganglios de  la  raíz  dorsal y tejidos blandos.  Todos estos componentes están inervados y son sensibles al dolor.  La función de la columna lumbar además de soportar el peso, es amortiguar las estructuras nerviosas que contiene y emergen de ella.

EPIDEMIOLOGIA

Dentro de las causas de consulta médica por dolor, solamente el dolor de cabeza supera al DL, aunque este tiene un mayor impacto socioeconómico y es responsable del 10-15% de las incapacidades laborales en personas de 18 a 55 años, superado únicamente por el resfriado común como causa de ausentismo  laboral.    Se considera que más de tres cuartas partes de las personas han sufrido DL en alguna época de su vida. La mayor   incidencia  ocurre en los años más productivos de una persona.  A pesar de tener un curso favorable y naturaleza benigna, el DL comúnmente se asocia a incapacidad, pérdida productiva por enfermedad y alto costo para la sociedad.  Durante las primeras seis semanas se recupera el 65% y durante las primeras ocho semanas se recupera el 85-90%; 10% desarrolla incapacidad permanente. Menos de la mitad de las personas que se han incapacitado por 26 semanas (6  meses) retornan al trabajo, y el retorno es casi nulo en quienes se han ausentado de su trabajo por más de 104 semanas.

En EEUU hubo 15 millones de consultas médicas por DL en 1999, lo que representó el 2.8% de todas las consultas durante ese año. Cerca del 20 al 30% de  los reclamos por compensación de trabajadores y más del 50% de todas las compensaciones directas son debidos a DL.

En las 2 semanas previas a la consulta en que se incapacitaron, presentaron una perdida laboral promedio de  5 horas por semana. La mayoría de las  perdidas no son por ausentismo sino por bajo rendimiento laboral; los mayores gastos están representados por las consultas médicas, consumo de medicamentos, métodos diagnósticos y cirugías. Por lo anterior el DL provoca, de forma directa, el gasto más elevado en servicios médicos.   Además, el DL también afecta la calidad de vida del paciente al aumentar el estrés psicológico, la disfunción de pareja  y reducir la actividad social y física.

La prevalencia y los costos asociados al DL han hecho de la prevención una meta importante a alcanzar.  A pesar de los numerosos intentos, los esfuerzos para prevenir episodios nuevos de DL (prevención primaria) han resultado infructuosos  y los intentos para prevenir incapacidad prolongada en trabajadores que ya tienen DL (prevención terciaria) han sido controversiales.  La incapacidad para desarrollar estrategias efectivas de prevención primaria o terciaria ha llevado a clínicos e investigadores a concentrarse en evitar la incapacidad prolongada desde el inicio del primer episodio de DL (prevención secundaria). El énfasis en prevención secundaria se justifica por la información que demuestra que la mayoría de los pacientes con DL pueden regresar a laborar dentro de las 4 a 8 semanas de iniciado el dolor.

Ochoa G, reporta que en Colombia el DL es la tercera causa de consulta en los servicios de urgencias, la cuarta causa en medicina general, la primera causa de reubicación laboral y en 1992 se reportó como la segunda causa de pensiones por invalidez.  Durante los años 1985 a 1991, ocupó el segundo lugar entre las enfermedades profesionales y fue responsable de 5% de las pensiones por invalidez, 25% de las pensiones  por enfermedad general y 44% de las reubicaciones laborales.  En 2013 el  DL  lumbar  fue  la  primera  causa  de consulta en  el  servicio  de  consulta  externa  de  la  Clínica  Universitaria de la Corporación  Comfenalco  Valle  Universidad  Libre.

ETIOLOGIA E HISTORIA NATURAL

Exceptuando los  pacientes  que  padecen hernias  discales  con  déficit neurológico, la  historia  clínica junto  a  los exámenes  radiológicos  y neurofisiológicos,  solo  determinan  la  causa  del   dolor  en  un  15% de  pacientes conformando  el  grupo de  pacientes  con  “dolor  específico”. El otro grupo,  más  numeroso, está conformado por la mayoría de casos donde es imposible distinguir cual es la estructura que da origen al dolor (disco, articulaciones posteriores, músculos, ligamentos, etc.) llamado ‘‘dolor vertebral no específico’’ o idiopático, sin factores anatómicos y neurofisiológicos identificables, que agrupa  85% de los casos.

Para  una adecuada interpretación y análisis del  DL se  deben  considerar  ciertos  factores  como el  tiempo  de  evolución:

  • Dolor Lumbar Agudo: aquel que tiene menos de 6 semanas de evolución.
  • Dolor Lumbar Subagudo: aquel entre 6 y 12 semanas.
  • Dolor Lumbar Crónico: aquel con más de 12 semanas.

En el grupo de pacientes con dolor agudo, existen tres subgrupos: aquellos con dolor simple no irradiado, aquellos con dolor radicular, y la minoría, que presentan patología seria como infección, tumor, etc.

Esta definición ayuda a plantear la estrategia de estudio y tratamiento.  Por ejemplo, en pacientes con dolor agudo es muy raro que se requieran estudios paraclínicos, mientras que en el grupo subagudo deberán tenerse en cuenta los factores de riesgo para evolucionar a un estado crónico de dolor. Los pacientes con dolor crónico generalmente requieren  tratamientos multidisciplinarios.

El enfoque terapéutico del paciente con DL se basa en abolir la causa que le dio origen, junto a un adecuado tratamiento farmacológico y de rehabilitación.  Sin embargo, no todos mejoran y algunos muestran tendencia hacia la cronicidad.  En un intento por explicar dicho estado, se han planteado diversas teorías, en las que se incluyen la etiología del DL, los tratamientos o cirugías previas, el tiempo de evolución, la intensidad del dolor, el reclamo de compensación, las características demográficas y factores psicosociales, entre otros.  Los cambios degenerativos de la columna lumbar se establecen por factores múltiples,  entre ellos  factores de desgaste “fisiológico” o como consecuencia de la  edad, los eventos traumáticos de grado variable, como los microtraumas físicos durante la vida del individuo por la bipedestación, la acción de caminar en planos de inclinación variada, actividades deportivas de alto y medio impacto, así como subir o bajar escaleras y correr, modificando las condiciones de estabilidad dinámica o alineación estructural de los diversos elementos que conforman la columna vertebral.

Las alteraciones más comunes son: la degeneración de discos intervertebrales y de facetas articulares, el engrosamiento del ligamento amarillo y la formación de procesos hipertróficos en los cuerpos vertebrales causando estenosis espinal.  La expresión clínica de estos cambios puede carecer de especificidad para definir la estructura anatómica alterada, debido a la estrecha relación anatómica que conservan muchos elementos en un área de reducidas dimensiones, como el espacio epidural, los recesos laterales del canal espinal y los agujeros intervertebrales; Generalmente el  dolor  de  origen mecánico  empeora con los movimientos y cede en reposo. Se relaciona con las posturas: habitualmente aumenta tras permanecer largo tiempo sentado o de pie, y puede mejorar al caminar. Es frecuente cierta rigidez matutina que mejora al poco tiempo de levantarse de la cama.

Se  considera que el proceso degenerativo de la columna lumbar  inicia hacia los 25 años de edad y en la fase de inestabilidad se puede presentar  teóricamente dolor de origen discal o facetario:

Enfermedad articular degenerativa facetaria: conocida genéricamente como “artrosis facetaria o síndrome facetario”, representa un estado inflamatorio, agudo o crónico en las facetas articulares y sus componentes capsulares o membranosos. Las ayudas  radiológicas  pueden  mostrar: esclerosis subcondral, hipertrofia de las articulaciones facetarías, osteofitos marginales rodeando las facetas y modificaciones del espacio articular facetario.

Osteocondrosis Intervertebral: combina cambios degenerativos relacionados a enfermedad del núcleo pulposo que corresponden con frecuencia a un hallazgo asintomático. Consisten en deshidratación, fisuras, roturas parciales y disminución de altura del disco. En algún momento del proceso hay compromiso de la plataforma vertebral con reacción subsecuente del hueso y de la médula.

La  RM sirve  para  clasificar  diferentes  estadios  de  degeneración  discal. Modic los  clasificó de la siguiente manera:

El Tipo I: representa un estado inflamatorio del platillo vertebral y se observa hipointenso en T1 e hiperintenso en T2.

 El Tipo II: corresponde a reemplazo graso y se aprecia hiperintensidad del  platillo vertebrales afectados, tanto en T1 como en T2.

 En el Tipo III se detecta hipointensidad en T1 y en T2, debido a esclerosis subcondral.

Estenosis Espinal: La reducción en las dimensiones del canal espinal, usualmente adquirida por cambios degenerativos severos en la columna vertebral se considera como estenosis espinal, también conocida genéricamente como “canal estrecho”. Se conocen 3 tipos:

  • Estenosis espinal central muestra reducción en las dimensiones del canal espinal por algún efecto compresivo.
  • Estenosis espinal lateral se reduce la amplitud de uno o varios recesos     laterales del canal espinal con obliteración de la grasa epidural.
  • Estenosis de los agujeros o forámenes intervertebrales (foraminal), que puede comprimir el trayecto foraminal de las vainas que contienen las raíces nerviosas en el nivel involucrado.

Es  importante  reconocer las  diferencias  que  existen  entre dolor  lumbar  de  origen  nociceptivo,  dolor  referido,   dolor radicular o irradiado y  radiculopatía. Fallas  en  diferenciar  un  dolor  radicular  de  un  dolor  somático  o referido conducen  a  tratamientos  equivocados. El  dolor  lumbar  somático  es  frecuente  pero  la  prevalencia  del dolor  radicular  es  menor  al 12%. Los  estudios  radiológicos  se  justifican   para  determinar  la  causa  del  dolor  radicular o  de  la  radiculopatía,  pero   en  la  mayoría  de  los  casos, estos  estudios  no  ayudan  a  determinar  el  origen  del  dolor  somático, pudiendo  dar  origen  a falsos  positivos cuando  se  encuentran cambios  degenerativos, protrusiones  discales,  y  posibles  compresiones  radiculares    que  pueden  conducir a  tratamientos  quirúrgicos  innecesarios  en  presencia  de  dolor  somático  referido.

Dolor lumbar  nociceptivo: se  origina  por  estímulo  nociceptivo  de  las  estructuras  de  la  columna  lumbar como  músculos,  ligamentos  inter espinosos,  articulaciones  facetarias  y  su  cápsula,  articulación  sacroiliaca, duramadre y  disco intervertebral  principalmente  la  parte posterior del  anillo.

Dolor  somático  referido:  es  un  dolor  percibido  en  regiones inervadas  por  nervios  diferentes  a  los  que  inervan  la  zona  afectada. El  dolor  somático  referido  no  involucra la  estimulación  de  raíces  nerviosas. Se  produce  por  estimulación  nociva  de  terminaciones  nerviosas  de  estructuras  espinales  como discos, articulaciones  facetarias  o  sacroiliacas. Se   ha  propuesto  que  se  genera  por  convergencia  de  aferentes  nociceptivos  en  neuronas  de  segundo  orden  en  la  medula  espinal.  El  dolor  referido  no  se  acompaña  de  alteraciones  neurológicas  debido  a  que  no  existe  compresión  de  raíces  nerviosas,  no  siguen  un  patrón  dermatomérico, no  se  acompañan  de  alodinia  ni  alteraciones  de  los  reflejos; generalmente  compromete  la  nalga  y  el 1/3  proximal  del  muslo  pero  ocasionalmente puede  comprometer  el  pie.

Dolor  radicular: El  término “ciática” se  utilizaba  en  la  antigüedad cuando  no  se  comprendía  el  mecanismo  involucrado  en  el   dolor  referido,  por  lo  que  cualquier  dolor  referido  era  atribuido  a  irritación  del  nervio  periférico  que se  dirige  a una   área   dolorosa del  miembro  inferior. Actualmente  se  recomienda  reemplazar  este  término  por  “dolor  radicular”,  y  en  lo  posible, se  debe  especificar  cuál  es  la  raíz  comprometida.       

El  ciático  es  el  nervio  periférico  más  voluminoso y  largo  del  organismo;  es  un  nervio  mixto  conformado  por  las  raíces L3, L4, L5, S1, S2. El  dolor  radicular se  origina  de   descargas  ectópicas  de  las  raíces  dorsales  o sus  ganglios;  generalmente  se  presenta  por inflamación  de  una  raíz nerviosa  por  una  hernia discal. Es  lancinante, quemante, como  ardor  o  en  choque  eléctrico  y  recorre  toda  la  longitud  del  miembro  inferior en  una  banda  no  mayor  a  tres  pulgadas  de  ancho.

Radiculopatía: Es  un  estado en  el  cual  la conducción  es  bloqueada  a  lo  largo  de  un  nervio  espinal  o  una  de  sus  raíces. Cuando  se  bloquean  fibras  sensoriales  se  percibe  una  sensación  de  entumecimiento. Cuando  se  bloquean  fibras  motoras se  presenta  debilidad. Disminución  de  los  reflejos  puede  presentarse  en  bloqueo  sensorial  y  motor. El  entumecimiento  tiene  distribución  dermatomérica y  la  debilidad  se  distribuye  en  miotomas. La  radiculopatia  no  se determina  por  la  distribución  del   dolor sino  por  los  signos  neurológicos  objetivos. Aunque  la  radiculopatia  y  el  dolor  radicular  coexisten  con  frecuencia,  puede  existir  radiculopatia  en  ausencia  de   dolor y  dolor  radicular en  ausencia  de  radiculopatia. El  diagnóstico  de  radiculopatía  debe  ser  clínico por  lo  que  los  estudios  de  electromiografía  deben  ser  solicitados  con  poca frecuencia.  Puede  ser  difícil  determinar el  origen  del  dolor  radicular ya  que  los  patrones  de  distribución  del  dolor  originado  en  L4, L5 y S1 pueden  confundirse. El  segmento comprometido  puede  determinarse  con  cierta  exactitud  cuándo  se  combinan el  dolor  radicular  y  la  radiculopatía;  en  este  caso,  es  la  distribución  dermatomérica del entumecimiento,  más  que  la  del  dolor,  lo  que  permite determinar  el  segmento  comprometido.

La  distribución  de  los  miotomas de  las  extremidades  superiores  e  inferiores  son  de  la  siguiente  manera:

C1/C2: flexión/extensión del cuello

C3: Flexión lateral del cuello

C4: Elevación del hombro

C5: Abducción del hombro

C6: Flexión del codo/extensión de la muñeca

C7: Extensión del codo/flexión de la muñeca

C8: Extensión del pulgar

T1: Abducción del dedo

L2: Flexión de la cadera

L3: Extensión de la rodilla

L4: Dorsi-flexión del tobillo

L5: Extensión del dedo gordo

S1: Flexión plantar del tobillo

S2: Flexión de la rodilla

El dolor lumbar de tipo Inflamatorio corresponde a un porcentaje bajo comparado con los de etiología mecánica. Descartadas situaciones clínicas que requieran un tratamiento inmediato como infecciones y neoplasias, se deben considerar como causa de DL inflamatorio las espondiloartropatías. El dolor lumbar de tipo inflamatorio se caracteriza, y a su vez se diferencia del de tipo mecánico, inicialmente por ser de inicio lento y progresivo, empeora con el reposo, mejora inicialmente con el ejercicio, altera el descanso nocturno y se acompañarse de rigidez matutina de más de 30 minutos. Entre  las  lumbalgias  de  tipo  inflamatorio  se  encuentran la espondilitis anquilosante con  examen  positivo  para  el antígeno HLA B27, artritis reactiva (síndrome de Reiter), artritis psoriásica, artritis de la enfermedad inflamatoria intestinal, artritis enteropáticas, artritis de la enfermedad de Crohn, artritis de la colitis ulcerosa.

En el siguiente cuadro comparativo se muestran las características relevantes de la lumbalgia inflamatoria y mecánica.

INFLAMATORIO MECANICO
Edad < 40 años >40 años
Inicio Insidioso Agudo
Alteración del sueño + + ±
Rigidez matutina + + + +
Ejercicio físico Mejora Empeora
Descanso Empeora Mejora
Afectación otros órganos +

El DL con ‘‘signos de alarma’’  o banderas rojas,  podría relacionarse con el desarrollo de alguna enfermedad grave. Entre los signos de alarma descritos se encuentran los siguientes:

  • ‘‘Edad’’: la sospecha de cáncer aumenta con la edad, por tanto, en pacientes con lumbalgia mayores de 50 años convendría descartar esta patología. En aquellos pacientes jóvenes que presenten lumbalgia recurrente, también convendría descartar el origen inflamatorio: espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatıas.
  • Presencia de ‘‘fiebre’’: en estos casos se debe pensar en infección; se debe preguntar  por adicción a drogas por vía parenteral, inmunodepresión (VIH, neoplasias, etc.). En pacientes con lumbalgia y síndrome febril también convendría descartar metástasis óseas y que el origen de la fiebre fuera secundario a la neoplasia.
  • ‘Síndrome toxico’’: con pérdida de peso inexplicable, astenia, anorexia. Ante un paciente con estas características se debería pensar en neoplasia y en  el posible origen infeccioso de la clínica.
  • Paciente con ‘‘antecedentes de cáncer’’: en este tipo de pacientes conviene realizar una radiografía simple de columna lumbar; si esta es inespecífica y la sospecha es alta, se debería solicitar una resonancia magnética nuclear de columna lumbar.
  • ‘‘Antecedentes de osteoporosis ’’, tratamiento con ‘‘glucocorticoides’’ sistémicos de forma crónica o ‘‘historia de fracturas previas’’: en este caso podríamos encontrarnos ante una fractura vertebral.
  •  ‘‘Anestesia en silla de montar y/o retención aguda de orina’’: Se debe sospechar de síndrome de la cauda equina. Es importante llegar a su diagnostico, ya que este tipo de pacientes debe ser intervenido de forma urgente, y de ello depende el pronóstico.
  •  ‘‘Dolor de características inflamatorias’’ que empeora con el reposo, durante la noche y con las maniobras de Valsalva y que no mejora a pesar de dosis plenas de tratamiento antiinflamatorio: en este caso nos podríamos encontrar delante de una neoplasia, una espondilodiscitis, entre otros.

Por  el  contrario,  las  banderas  amarillas  son  circunstancias  que  hacen  sospechar  que  el  DL se  puede  volver  crónico, como cuando  existe  insatisfacción  laboral, alteraciones  psicológicas,  familiares,  laborales,  o  búsqueda  de  ganancias secundarias,  entre  otros  factores.

ENFOQUE DIAGNOSTICO DEL PACIENTE CON DOLOR LUMBAR

Es  fundamental  elaborar una  correcta  historia  clínica  compuesta  por  el  interrogatorio  y  el  examen  físico. En el  interrogatorio son  importantes los  datos personales, nombre, edad del paciente, actividad laboral que desempeña, dominancia. Se continúa  con la enfermedad actual que debe ser completa haciendo una descripción detallada del síntoma en este caso del dolor lumbar, tiempo de evolución, características del dolor ,  intensidad del mismo utilizando una escalera para medirlo,  periodicidad, irradiación y dirección de la misma, factor desencadenantes, factores agravantes y atenuantes; tratamientos previos recibidos con o sin mejoría; factores psicosociales relacionados con el dolor, indagar sobre otras alteraciones secundarias al síntoma principal como alteraciones en el sueño,  depresión, fiebre, déficit motor o sensitivo entre otros.

Debe interrogarse sobre  los antecedentes familiares, personales, farmacológicos, tóxicos, traumáticos y quirúrgicos.

El examen  físico  inicia  con  la INSPECCION, desde el momento en que el paciente ingresa al consultorio, se observa la contextura del paciente, si hay o no sobrepeso,  prestar atención si muestra fascies de  dolor o aparenta enfermedad crónica. Se evalúa la integridad estructural de la columna, para descartar deformidades o desviaciones que nos expliquen los  síntomas, atrofias  o  asimetrías   en la  musculatura  de  los  miembros  inferiores  y la alineación  de  las  cinturas  escapular  y  pélvica.   Se evalúa la marcha: en su componente neurológico intervienen el sistema vestibular y el cerebelo; se debe observar si se ayuda de algún tipo de apoyo como bastón o es ayudado por familiares; la marcha en puntas evalúa la suficiencia de ambos músculos tríceps surales, el descenso de uno de los talones indicaría la falta de fuerza de los mismos y la posible lesión en las raíces S1 y S2. La  marcha en talones evalúa los músculos anterolaterales inervados por las raíces L4 y L5.

Se evalúa la flexión anterior del tronco que  cuando  es  dolorosa  puede  indicar  alteraciones  en  los  discos  y  las  facetas, y  la extensión del  tronco  y  las  flexiones  laterales  que  son  pruebas  de  estrés  facetario.  La flexión  del  tronco  se  califica  en  cuatro  grados: Grado  1  con  flexión  mínima, grado 2 cuando  las  puntas  de  los  dedos  se  sitúan  por  encima  de  las  rodillas, grado  3  con  las puntas  de  los  dedos  por  debajo  de  las  rodillas  y  grado  4  cuando  toca  el  suelo  con  las  manos  sin  doblar  las  rodillas.

La longitud de  los  miembros  inferiores se mide desde la espina iliaca anterosuperior hasta la punta del maléolo tibial;  longitud femoral va desde la punta del tocante mayor hasta la parte externa de la interlinea articular de la rodilla. Longitud de la tibia desde la parte interna de la interlinea de la rodilla hasta la punta del maléolo tibial.

Medir el perímetro del muslo y la pierna 10cm por encima y por debajo de la rotula.

Valorar la fuerza de  los  diferentes  grupos  musculares de acuerdo con los grados admitidos internacionalmente:

  • 0: Nula – Ningún signo de contracción muscular.
  • 1: Indicios – Tensión muscular perceptible al tacto sin movimiento articular.
  • 2: Débil – Movilidad activa solo en ausencia de gravedad, no hay movimiento    contra resistencia.
  • 3: Regular – Excursión completa contra gravedad, no hay movimiento contra resistencias aplicadas.
  • 4: Buena – Excursión completa contra la gravedad y contra ligera resistencia.
  • 5: Normal – Excursión completa contra la gravedad y contra resistencia.

Valorar la sensibilidad: Se efectúa con el paciente en máxima relajación con el pulpejo de los dedos, una torunda de algodón o con un aplicador, buscando áreas con hiper o hipoestesias, y áreas anestésicas.

VALORACION  NEUROLOGICA:

A  continuación  se  enumeran  algunas  pruebas  y  reflejos. El  estudiante  debe  saber  que  existen  otras, que  se  escapan  al  contenido  de  esta  revisión  y  que  debe  estudiar  en  otros  textos.

  • Reflejo plantar: El sujeto examinado debe encontrarse en decúbito dorsal y el miembro inferior extendido. Se roza la planta del pie en su parte externa desde el talón hacia arriba con un objeto romo. La respuesta normal que se obtiene es la flexión plantar de los dedos.
  • Reflejos osteotendinosos: se originan por estimulación de huso neuromuscular, por estiramiento a nivel de las fibras del vientre muscular, el hueso y tendón son meros trasmisores de tensión. Los reflejos profundos se obtienen percutiendo con el martillo de  reflejos, mediante un golpe rápido y breve aplicado a un tendón:
  • Reflejo rotuliano o patelar: Se evalúa con el paciente sentado al borde de la camilla con las piernas en suspensión o con una pierna cruzada sobre la otra. El estimulo es la percusión del tendón rotuliano, la respuesta es la extensión de la pierna. Evalúa la  integridad  de  las  raíces L3 y L4.
  • Reflejo Aquiliano (Raíz  S1): Existen 4 maneras  de evaluar este reflejo:

1. Paciente sentado al borde de la camilla o silla, se levanta ligeramente el pie con una mano y con la otra se percute el tendón de Aquiles.

2. Paciente de rodillas con los pies fuera del borde de la camilla, se lleva ligeramente hacia delante la planta del pie y se percute sobre el tendón.

3. En decúbito dorsal se coloca el pie del miembro a evaluar sobre el opuesto; con una mano se toma la planta del pie llevándolo ligeramente a dorsiflexión y se realiza la percusión.

4. En  decúbito dorsal se realiza  dorsi flexión del pie, estirando de este modo el tendón aquiliano y se realiza la percusión.

Maniobras médicas que incrementan el dolor:

Laségue: (L5-S1) Se efectúa con el paciente en decúbito dorsal, con flexión del muslo en relación al tronco y de la pierna respecto al muslo en ángulo de 90 grados, el médico llevara la pierna hacia arriba manteniendo inmóvil el ángulo tronco-muslo; si hay dolor que se distribuye por la parte posterior del miembro inferior se considera positiva la maniobra. Si  hay  aumento  del   dolor  lumbar  sin  irradiación la  prueba  es  negativa

Bragard: se realiza la maniobra de Laségue y se finaliza ejerciendo dorsi flexión

del pie. La maniobra es positiva cuando se exacerba o provoca dolor irradiado  en  el  territorio  de  L5  o  S1

Scardi: se hace el Laségue y se finaliza ejerciendo una dorsiflexión del grueso

artejo. La maniobra es positiva cuando se exacerba o provoca dolor.

Wassermann: Para efectuar la tracción radicular superior de las raíces L3-L4, colocamos al paciente en decúbito ventral con la cadera extendida y la rodilla flexionada al máximo; el médico pone su mano derecha en la rodilla del paciente y produce una hiperextensión de la cadera, al mismo tiempo que se opone con la mano izquierda colocada sobre el sacro. La positividad de la maniobra se expresara mediante  dolor irradiado a la parte anterior del muslo.

Neri: Estando el paciente en posición de pie, se le pide doblar el tronco hacia delante. La maniobra es positiva cuando se produce flexión involuntaria de la rodilla del lado afectado.

Con  el propósito  de lograr  un  consenso  sobre  los indicadores  clínicos más confiables, ya  sean  signos  o síntomas,   para  determinar  la zona que  origina  el  dolor  en  las  diferentes  entidades  clínicas  que  producen  dolor  lumbar, se  realizó  un  estudio  aplicando  el  método  Delphi en un grupo  de  expertos .  Los  indicadores con mayor  grado  de  aceptación  fueron los  siguientes:

INDICADORES  DE  DOLOR  LUMBAR  QUE  SE  ORIGINA EN  LA  ARTICULACION  ZYGAPOFISIAL  O  FACETARIA:

v  Dolor    a  la  palpación paravertebral ipsilateral sobre  las  facetas  comprometida o sobre  los  procesos  transversos.

v  Dolor que  empeora  con  la  extensión  del  tronco.

v  Espasmo  muscular  paravertebral  unilateral  sobre  la  articulación  afectada.

v  Dolor  referido  por  encima  de  la  rodilla.

v  Ausencia  de patrón  radicular.

INDICADORES  DE  DOLOR  LUMBAR  QUE  SE  ORIGINA EN  LA  ARTICULACION  SACROILIACA

v  Dolor  unilateral en la  nalga  al  sentarse

v  Dolor  referido  a  miembro  inferior  sin  patrón radicular.

v  Dolor  que empeora  al  pararse  desde la posición sentada.

v  Al  menos  tres   pruebas de  provocación  positivas:

  • Aproximación o compresión: Paciente en decúbito lateral con flexión de rodillas y caderas dobladas en ángulo recto. El examinador coloca las manos en la cresta iliaca anterior superior y ejerce presión hacia el piso. Un aumento en la sensación de presión indica posible lesión en la articulación sacroiliaca o esguince de los ligamentos sacroiliacos posteriores. Es positivo si refiere dolor o replicación de los síntomas.
  • Distracción o Gapping: Paciente en decúbito supino. El examinador coloca ambas mano en las espinas iliacas antero superiores  y hace presión hacia el piso. Indica disfunción o esguince de los ligamentos sacroiliacos anteriores. Es positiva si reproduce los síntomas del paciente
  • Patrick: Paciente en decúbito supino. La pierna del lado examinado se  flexiona, abduce y se rota externamente; se hace una forma de 4, permitiendo que el maléolo lateral del tobillo de la pierna examinada descanse sobre el muslo de la pierna contralateral, justo encima de la rodilla. El examinador estabiliza el lado contralateral de la pelvis colocando la mano en la cresta iliaca anterior superior, y con la otra mano hace presión sobre la rodilla ipsilateral, hacia el  piso. Se puede aplicar presión continua o en oscilaciones. Es positivo si  hay  dolor en  la  articulación  sacro iliaca.
  • Hiperextensión  de muslo  y  cadera o de Gaenslen: Con  el  paciente  en  decúbito  supino con  el  lado  afectado al  borde  de  la  mesa  de  examen  de  manera  que  el  glúteo  del  lado  afectado  quede  sin  soporte; se  le  pide  que  junte  ambas  piernas  y  las  flexione sobre  el  tórax  en  posición  fetal. Se solicita  extender el  miembro  inferior  sin  soporte  y  se  presiona  hacia  abajo el  muslo,  manteniendo el miembro  contralateral  en  la posición  inicial. La  prueba  es  positiva  si  presenta   dolor  sobre  la  articulación  sacroiliaca.
  • Compresión  sobre  el  sacro: Con  el  paciente  en  decúbito  prono el  examinador coloca una   mano  sobre  el  sacro y  la  otra  mano  sobre  la  primera; se ejerce presión hacia  abajo. La  prueba  es  positiva  si   desencadena  dolor  sobre  la  articulación sacro iliaca.
  • Compresión sobre  el  muslo: Con  el  paciente  en  supino la  cadera   es  flexionado  a  90  grados  con  la  rodilla  doblada. Se  aplica  presión  a  lo  largo  del  fémur, utilizándolo  como  una  palanca para  empujar  el  hueso  iliaco. Se   coloca  una  mano  debajo  del  sacro  para  fijar  su  posición, mientras  con  la  otra  mano  se  ejerce  presión  sobre  el  fémur hacia  abajo. La  prueba  es  positiva  si  se  presenta   dolor  sobre  la  articulación  sacro iliaca.

INDICADORES  DE  DOLOR  LUMBAR  QUE  SE  ORIGINA EN  EL  DISCO

v  Dolor  al  presionar  el  proceso  espinoso en  el  nivel  afectado.

v  Dolor  a  la  flexo  extensión  del  tronco

v  Dolor  referido  a  la  región  inguinal  y/o  miembros  inferiores que  empeora  con  compresión  axial  y  mejora en  decúbito.

v  RMN  es  útil  para  visualizar  los  cambios  patológicos del  disco, pero  existe  una  pobre  correlación  clínico  radiológica

INDICADORES  DE  DOLOR  LUMBAR  RADICULAR

v  Para  atribuir  la  etiología del  dolor  a  una  hernia  diagnosticada  por  RMN,  debe  existir  adecuada  correlación  con  los  síntomas.

v  Parestesias   en  el  dermatoma  comprometido.

v  El  dolor  debe  comprometer  el  dermatoma  que  corresponde  a  la  raíz  comprometida,  aunque  existen  variaciones  anatómicas;  El  dermatoma  más  consistente  es S1

v  El  dolor  por  canal  estrecho  empeora  al  caminar  y  mejora   al  detenerse  y flexionar  el  tronco.

v  El  diagnostico  de   dolor radicular  se  justifica  cuando    hay  dolor  radicular en  un  miembro  inferior,  combinado  con  una  o  más  pruebas  neurológicas  positivas  que  indican  irritación  de  la  raíz  nerviosa o  déficit  neurológico

AYUDAS DIAGNOSTICAS

Se deben reservar las ayudas diagnósticas para solicitarlas en pacientes con dolor lumbar asociado a banderas rojas o signos de alarma, también en paciente con poca respuesta a tratamientos previos instaurados. Se  debe  tener  en  mente  que  la  solicitud  de  exámenes  de  laboratorio  o ayudas  radiológicas   solo  están  justificados  cuando  de  ello  dependa  la  toma  de  una  conducta terapéutica o  la  modificación  de  un  tratamiento instaurado  sin éxito, y no  se  justifican  por  simples  razones  académicas.

Las ayudas como resonancia magnética y tomografía axial se reservan para pacientes en los que se sospecha hernia de  disco con compresión  de  raíz nerviosa o  cauda  equina, tumores o en los que  el  compromiso  neurológico  lo  amerite.

OPCIONES TERAPEUTICAS

Un elemento clave del tratamiento del dolor lumbar es la educación de los pacientes. Esta debe incluir información acerca de la postura correcta, la biomecánica de la columna en las actividades de la vida cotidiana y los métodos sencillos que puedan disminuir los  síntomas, también se debe explicar  la evolución natural del dolor lumbar y hacer énfasis en que esta suele ser favorable. Esta información puede ayudarles a participar de forma activa en su propio tratamiento. El tratamiento  del  dolor  lumbar  crónico  debe  ser  interdisciplinario, incluyendo  un  programa adecuado  de  rehabilitación.

En  el  manejo  farmacológico del DL crónico  se  utiliza  acetaminofén en  combinación  con  opioides  débiles. No  existe  evidencia  del  beneficio  de  utilizar  opioides  potentes  o  antidepresivos.

En los pacientes con radiculopatía, los corticoides son efectivos por vía oral cuando se toman durante un período corto de tiempo. Los  bloqueo  selectivos  de  la  raíz  comprometida  utilizando  una  guía  fluoroscópica  son  de  gran  provecho para  disminuir  en  forma  rápida  el  dolor  de  intensidad  severa.    El papel de los esteroides en el tratamiento del dolor lumbar sin radiculopatía no se  recomienda.

La acupuntura es una práctica de la medicina china tradicional, utilizada durante más de 2.000 años y usada en el mundo occidental desde 1960. En el momento actual la acupuntura no es aconsejable como tratamiento de primera línea del dolor lumbar. Sin embargo, en pacientes con dolor lumbar crónico, podría formar

parte de un programa terapéutico completo.

La Intervención psicológica se convierte en un apoyo fundamental a la hora de realizar un manejo multidisciplinario en paciente con dolor crónico, en este campo se destaca la terapia cognitiva conductual que  es uno de los elementos de los programas terapéuticos de múltiples dimensiones, tiene como objetivo mejorar el tratamiento del dolor lumbar crónico basándose  en aspectos cognitivos (emociones y pensamientos negativos) y conductuales (actividad alterada y dependencia a la medicación).

TRATAMIENTOS  DE  INTERVENCION

Los  bloqueos diagnósticos   pueden  determinar  la  causa  del   dolor  en  más  de  85% de  los  pacientes;   se  utilizan  para  determinar  la  patofisiologia del   dolor y la  localización  de  la  nocicepción. Si se  anestesia  el  área  anatómica  que  origina  el  dolor, este  debe  desaparecer, al  menos,  durante  el  tiempo  que  actúa  el  anestésico

Las inyecciones de corticoides epidurales (ICE): son intervenciones frecuentes para tratar el dolor lumbar irradiado. Las indicaciones de las ICE son el dolor lumbar asociado a síntomas radiculares, la compresión y la irritación radicular y  el  canal  estrecho. Las contraindicaciones se dividen en absolutas (coagulopatía, infección local o sistémica activas, diabetes no controlada o neoplasia de la columna) y relativas (p. ej., alergia a la inyección e insuficiencia cardiaca congestiva). Pueden administrarse por tres vías: interlaminar, transforaminal y caudal. La fluoroscopia es absolutamente necesaria para administrar de forma segura y exacta la inyección transforaminal. Las ICE lumbares son una opción no quirúrgica razonable en pacientes bien elegidos, para disminuir su dolor y permitir un retorno más rápido a la función durante la historia natural del DL.

La denervación percutánea facetaria lumbar por radiofrecuencia o rizólisis fue descrita en los años setenta para el tratamiento sintomático del dolor lumbar crónico de origen facetario. Su principio se basa en dañar mediante el calor y de forma controlada, las fibras nerviosas transmisoras del dolor. La denervación percutánea facetaría lumbar es una técnica mínimamente invasiva que proporciona una pronta mejoría del dolor lumbar y permite a los pacientes reanudar rápidamente sus actividades cotidianas.  Estudios  recientes publican una tasa de buenos resultados en torno al 70–80%, manteniéndose la mejoría en 60–70% durante más de 6 meses.

CONCLUSIONES

El dolor lumbar se ha constituido en uno de los problemas de salud pública más graves de la actualidad. Los costos que genera, tanto de manera directa como indirecta, exceden los de cualquier otra enfermedad, incluso los de la coronaria. A pesar de la frecuencia de aparición de este síntoma en la población general, no siempre es tratado apropiadamente.

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